Los festejos de fin de año terminaron y ahora es tiempo de regresar al trabajo o al estudio, ¡y con frío! En esta época se presentan masas polares que transportan el aire frío, provocan los descensos de temperatura y, con ello, que mantengamos los lugares cerrados para conservar el calor. Pero esto nos hace más propensos a contraer enfermedades respiratorias, ya que la falta de ventilación y el contacto más cercano entre las personas favorece una alta circulación de gérmenes.
Sin duda, puede generar estrés, ansiedad y manifestar la molesta tos, pero ¿cómo podemos prevenirla?
Primero, debemos prepararnos para el frío con ropa adecuada, evitando cambios bruscos de temperatura y, cubrir nariz y boca al salir. Durante la noche, no hay mejor forma de protegerse que tapándose con una cobija calientita y cerrando la ventana, de preferencia, o evitando exponerse a corrientes de aire de forma directa.1
El estrés puede llegar a generar un tipo de tos llamado tos psicogénica. Para prevenirla, el descanso suficiente mejorará nuestras defensas2, así como incorporar hábitos saludables para manejar los niveles de estrés y ansiedad: lectura, meditación, ejercicio, entre otras actividades.
En el caso de la alimentación podemos incluir en nuestra dieta:
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